Pedir ayuda está bien.
Mi sueño siempre fue poder sola, todo. En matemáticas me hubiese encantado poder sola, sin que alguien me tuviera que explicar como despejar un logaritmo, (¿eran los logaritmos los que se despejaban no?). Sin embargo, a pesar que tenía amigas muy buenas en matemáticas que me decían que si ellas podían yo también, tuve que ir a clases particulares con María. La más buena del mundo y a la que hasta hoy le sigo diciendo que los logaritmos no me han servido para mucho. Maria igual me sigue diciendo que si empiezo Economía seré una gran contadora ja ja. En 21 años aprendí qué hay que pedir ayuda siempre, que vivimos en sociedad y que en ésta siempre tenemos a alguien que nos de una mano en ciertas áreas y nosotros podemos ayudar en las que nos sentimos más cómodos. Mis padres siempre pidieron ayuda, y nos enseñaron a Juan Pablo y a mi a hacerlo. Siempre nos alentaron en algo que no nos salía bien para buscar a alguien que nos acompañe hasta que suceda. Desde que recibimos ...