Hermanos Superhéroes🚀

Pasaron 8 años pero me acuerdo como si hubiese sido ayer que, sentada en el sillón de nuestra antigua casa le pregunté a Mamá  como les había ido en la neuropediatra. Habían  hecho esa consulta solo porque mi abuela insistía en que nos sacáramos la duda si ciertas actitudes de mi hermano eran normales de la edad. Me acuerdo como Mamá evadió el tema y como le volví a insistir.
Tengo fielmente grabado en mi memoria cuando me dijo "podría tener algunas conductas autistas", sinceramente no se que fecha era, ni en que estación estábamos pero a partir de ese día no sabíamos el ticket de la montaña rusa que nos habíamos ganado. Lamentablemente en 2011 (en algunos aspectos hasta el día de hoy) el sistema de diagnóstico a todo lo que abarca la salud mental en Uruguay es muy malo, primero se descartan las patologías físicas y luego de pasear por todos los laboratorios y métodos de diagnóstico (desde tomografias hasta exámenes auditivos) pudieron concluir que era algo más bien psicológico y que quizá se acercara al autismo. Así que evidentemente con tal plomazo mis padres decidieron averiguar que era el autismo, como se trataba, y si aquella película viejísima “Rain Man” que se trataba de un par de hermanos y uno de ellos era autista, nos podría contestar de alguna forma con todo esto nuevo y distinto que estabamos procesando.
Nos empezamos a adentrar en el tema y enseguida encontramos más respuestas de las esperadas y mas preguntas que las imaginadas, nos unimos a PANITEA donde actualmente asiste y recibe terapia entre otras cosas.
Ahí en ese actual centro conocimos a un par de profesionales padres e una niña un año mayor que Juan Pablo-mi hermano- y nos sugirieron buscar un diagnóstico exacto, a los pocos meses viajamos a Buenos Aires ya que en ese momento en Uruguay no había nadie que pudiese hacerlo.
Al volver a casa supe que todo iba a ser distinto y no solo por el autismo, eso no cambiaba el amor que le tenía a mi hermano ni a mis padres si no que iba a cambiar Isabel con su postura en la vida, las situaciones venideras que por supuesto con 14 años no me las imaginaba.
Iban a lograr ver algunas cosas con una madurez especial, un sexto sentido frente a muchas situaciones y un sentido nulo para otras, como todo. 😅
Pero los comienzos son duros... 
Un montón de personas nos felicitan por lo bien que abordamos el diagnóstico y si, estoy feliz también pero entre nos, admito que fue duro, fue duro como hermana, como hija, sobrina y nieta mayor, el observar a todos sumarse a la causa sin saber como poner el granito de arena. Durante el primer año yo viví una etapa que la bauticé la súper hermana, no se si fue el hecho de la era de las redes sociales, el shock de diagnóstico o que, pero se generó en mi una desesperacion de subir fotos con mi hermano justificando su autismo (injustificable) de contarle al mundo que lo amo, de usar una cintita azul en mi cartuchera, de postear todo el tiempo I 💙 a alguien con autismo, de querer ir a todos los cursos y charlas aunque no puedan ir familiares, pero yo fui igual porque lo amo y porque quería salir con banderas y bombos a mostrarle a mis amigas que mi hermano es autista pero que el ESTABA BIEN, que juntos íbamos a salir adelante que todo era posible, que el Titanic no se iba a hundir jamás porque mi hermano era un súper héroe y yo su súper hermana. 
Hoy puedo decir que estaba un poquitín equivocada, que juntando likes en Facebook mi hermano no se iba a sentir amado, por la cinta azul no iba a cambiar el mundo, luego de las charlas me ponía a llorar y comprendí con el tiempo que por algo no eran para familiares, porque es muy fuerte ver como el objeto de estudio de ese medico es el mismo niño que hoy festejaste que te dijo Isa, que si le llego a presentar 5 amigas mías para que vean lo lindo que es se emocionaría tanto (tiene el autoestima por las nubes) que empezaría a reír sin parar y ya de imaginarme solo seria un caos. 
El Titanic se hundió pero la súper hermana no, porque no somos un barco, somos personas, hubo que ceder, hubo que dejar de pensar en si mismo, hubo que llorar , gracias a Dios tenemos para reírnos todos los días, pero principiante en el autismo, la vida es lo máximo, hay que aprender a valorarla. 

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